La administración del Presidente Trump ha sido una de las más polémicas debido a sus radicales ideas. Poco a poco, el presidente 45 de EUA ha ido avanzando en su gobierno aún con la inconformidad de muchísimos estadounidenses, en donde una de las decisiones más polémicas ha sido: Scott Pruitt como Administrador de la Agencia de Protección Ambiental, EPA por sus siglas en inglés.
Pruitt es un abogado Republicano abiertamente escéptico al cambio climático y a la protección del medio ambiente, al igual que Trump. Antes de ser Administrador de la EPA, demandó a ésta 14 veces buscando parar las políticas que el entonces Presidente Obama estaba dirigiendo con relación a cambio climático. Pero ahora, Pruitt se encuentra envuelto en conflictos en relación a sus gastos excesivos, así como violaciones legales y éticas mientras esta desempeñando su cargo. Y claro, te preguntarás ¿por qué ésto es importante?
Resulta que desde el año 1972 la EPA tiene la autoridad de regular los cursos de agua navegables gracias a la Ley de Agua Limpia, Clean Water Act en inglés; sin embargo, no tenía control sobre arroyos y humedales de menor tamaño pues el término «navegable» no contempla lo anterior, por lo tanto la EPA quedaba atada de manos, pues no podía hacer nada durante el flujo de estos cuerpos menores hacia los mayores.
Desde ese año, no hubo actividad relevante que aclarara esa confusión que terminaba afectando severamente los cuerpos de agua estadounidenses. Hasta que en el 2015, el entonces Presidente Obama culminó la Reglamentación Sobre las Aguas de los Estados Unidos (WOTUS). En la que con una modificación de dos palabras, dejó claro los tipos de cursos de agua que quedan dentro de la jurisdicción de la EPA.
Así, Estados Unidos ha podido controlar, y en algunos casos recuperar, los arroyos y humedales que recibían descargas sumamente contaminantes, llevando luego toda la polución que recibían a cuerpos mayores.
No obstante, la administración de Trump tiene otros planes desde que éste se encontraba en campaña, ya que ha considerado que la reglamentación es excesiva, a pesar de solo haber recibido una modificación de dos palabras. Por lo que a inicios de año, ha firmado un decreto que podría invalidar la WOTUS, pues Trump demanda una política que garantice el crecimiento económico, aguas navegables exentas de contaminación y la minimización de la ambigüedad jurídica.
WOTUS es una reglamentación que deja claro a las empresas sus derechos y obligaciones en este tema, sin embargo todo parece indicar que la propuesta de la actual administración vuelve de nuevo a dificultar dicho entendimiento, poniendo en riesgo nuevamente a los cuerpos de agua menores así como a las especies aviares que ahí habitan.
Debido a la antigüedad de la WOTUS, no es tan sencillo que sea eliminada, sin embargo puede lograrse si la EPA se pone a trabajar al respecto entrando en el proceso para establecer nuevas reglamentaciones, además de audiencias públicas. La EPA por sí sola no lo haría, pues la WOTUS ha sido útil y eficaz en su propósito, pero no olvidemos que es aquí donde Pruitt entra a ser la pieza de ajedrez que le faltaba al juego.
No olvidemos tampoco que Pruitt esta llamando la atención de su jefe no precisamente por su excelente desempeño, y ya son bastantes las peticiones para que el administrador de la EPA se retire de su cargo. Por lo que ha visto la oportunidad perfecta para darle un pequeño empujón a su reputación y quedar bien con Trump, mandando no solo una, sino dos propuestas que atacarán directamente tanto a la Ley de Agua Limpia, como a la Regulación en autos respecto a la cantidad de gases de efecto invernadero que pueden emitir. Cabe mencionar que ambas regulaciones fueron avances gigantescos para la administración del ex presidente Obama.
En el pasado, los agricultores, terratenientes rurales, así como promotores inmobiliarios y de campos de golf, fueron los más inconformes con estas regulaciones y son ellos mismos quienes resultan los más beneficiados con estas nuevas modificaciones. De llegar a hacerse efectivas las modificaciones a las regulaciones, sería una de las más grandes victorias de Trump y su administración.
No es posible dejar de resaltar los intereses tanto de negocios como políticos, pues la Organización Trump posee considerables campos de golf al rededor del país, por lo que los cuestionamientos a los oficiales de la Casa Blanca no se han hecho esperar, más éstos no han dado opinión alguna al respecto.
Es evidente que el gobierno de Trump camina en su afán de desmantelar los avances que hubo en la administración de Obama, lo que deja al país norteamericano en una posición bastante riesgosa en cuestion de emisiones contaminantes y los recursos hídricos nacionales. Aunque pareciera que todo está fuera de control, hay personajes haciendo su parte. Tal es el caso del Gobernador de California que junto con otros 17 estados han demandado a la administración de Trump por sus planes con relación a las emisiones permitidas de gases de efecto invernadero de vehículos; mientras que en la cuestión del agua, organizaciones como Natural Resources está trabajando legalmente en contra de las modificaciones de Pruitt.
De esta manera, queda pendiendo de un hilo un derecho fundamental y universal que tanto a Trump como Pruitt se les ha olvidado: todas las personas del mundo tienen derecho al agua potable y al saneamiento. Es decir, al echar para atrás el WOTUS, estaría poniendo en riesgo el agua a la que tiene acceso uno de cada tres estadounidenses, así como la salud y la seguridad de sus ciudadanos.
Nunca hay que olvidar que los ríos, arroyos, humedales y cuerpos de agua en general están interconectados, es decir, lo que arrastre uno llegará al otro en algún punto y afectará a las especies animales que se sirvan de ellos, incluyendo evidentemente a los humanos.
Estos conflictos de interés debiesen servir de ejemplo para las demás naciones que nos encontramos en el camino a mejorar nuestras condiciones ambientales, no olvidemos que el agua es la clave de nuestra existencia y que sin ella la vida como la conocemos no tiene futuro.
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